¿Te la pasas tan exhausto que te queda difícil hasta hilar las ideas para describirlo, a pesar de que ya te aseguraste de que no tienes ningún problema médico?
Quizás incluso ya has seguido los consejos usuales de los expertos: comes una dieta balanceada, haces ejercicio y te aseguras de dormir lo suficiente.
Y sin embargo…
Pues resulta que hay ciertos hábitos cotidianos que pueden estar drenando tu vigor sin que siquiera lo sospeches.
Entre esos saboteadores furtivos de energía hay viejos conocidos, como sentarse en mala posición o aplazar comidas.