Para calmar el dolor, la adolescente debe aplicarse una pomada que tiene un costo de 250 bolivianos y que se le agota en 10 días. Esta familia es de recursos económicos limitados, por ello suspendieron el tratamiento.
“Ya nos faltó los recursos económicos y no le compramos más, le hicimos puros remedios caseros, puro baños. Lo que quisiéramos es que la vea otro dermatólogo y que le recete otros remedios”, declaró a Red Uno el padre de la menor de edad, Roberto Arturo.