La saliva es algo más que una forma de mantener la boca lubricada. Los científicos están descubriendo que su coctel de sustancias es el factor determinante de los sabores que degustamos.
A primera vista, la saliva parece algo bastante aburrido. Solo una forma cómoda de humedecer nuestra comida. Pero la realidad es bien distinta, como están empezando a comprender los científicos.
Este fluido interactúa con todo lo que entra en la boca y, aunque está compuesto en un 99% de agua, influye en los sabores -y en nuestro disfrute- de lo que comemos y bebemos.
«Es un líquido, pero no es sólo un líquido», afirma el biólogo oral Guy Carpenter, del King’s College de Londres.