Hay pocos consejos tan beneficiosos para la salud como el de «mantente hidratado».
Más allá de que entre el 55% y el 60% de la composición del cuerpo humano sea agua, el preciado líquido es vital para el funcionamiento de nuestro organismo.
Es fundamental, por ejemplo, para mantener lubricadas las articulaciones, para que las células puedan alimentarse y para regular la temperatura del cuerpo. Lo es prácticamente para la mayoría de las funciones del organismo.
Si bien la sed es la manera más obvia que tiene nuestro cuerpo de avisarnos que estamos bajos en niveles de agua, puede no ser suficiente ya que es un indicador que se deteriora con la edad y que, dependiendo de las circunstancias, puede no ser del todo fiable.
La sed es un mecanismo que los científicos creen ocurre en un área del cerebro conocida como lamina terminalis. Un estudio publicado por revista Nature en 2015 -realizado por un grupo de científicos de la Universidad de Columbia, en Nueva York- demostró que cuando se manipulaba la lamina terminalis en animales, se podía lograr que evitaran el agua, a pesar de estar deshidratados.